Generalmente los occidentales tenemos deficiencia para depurar el colesterol elevado. Más allá del valor absoluto en cardiología nos interesa conocer los niveles del que llamamos "malo" LDL, que es el encargado de transportar el colesterol desde el hígado hacia los tejidos para su utilización. Este transporte en ocasiones viaja como los trenes en la India y los viajeros se van cayendo y depositando en las arterias. Este mecanismo por todos conocido, es el que causa la enfermedad de las arterias coronarias, que se puede manifestar como infarto de miocardio, muerte súbita, angina inestable etc.

Otra fracción a considerar es la que vulgarmente se conoce como "bueno" HDL que básicamente es el barrendero de las arterias, va recolectando ese exceso que se ha desbordado y lo acerca al hígado para su eliminación.

Aclarar que el colesterol es un Ester, es un elemento que le da solidez y funcionalidad a las membranas celulares y como tal está presente en las membranas de todos los animales. (Primera pista para tener en cuenta a la hora de intentar disminuir la ingesta de productos ricos en colesterol, si es animal...tiene colesterol.

Los triglicéridos son bolsas de energía que utilizan los músculos y en ciertas ocasiones especiales, el resto de órganos. Su metabolismo es más complejo, sus niveles dependen directamente de la dieta -grasas, fritos, bollería- tiempos de ayuno, niveles de glucemia etc.

La primer medida que se suele indicar ante un desbalance en los niveles de colesterol, triglicéridos es la dieta y el ejercicio. Como primera intención por una parte es intentar restringir el aporte (dieta, intentando aumentar el volumen de vegetales, fibras, integrales, reducir el de origen animal -huevos, carnes lácteos - (muchos pacientes que realmente se esfuerzan lo hacen mal orientados, es muy frecuente el escuchar "hago dieta estricta, como, ceno, meriendo y hasta desayuno pollo" esta pequeña exageración ha de servir para ilustrar que en ocasiones, no basta solo con la fuerza de voluntad. El pollo al ser un animal... sí aporta colesterol, lo mismo que el pescado o cualquier otro. La creencia de que solo las carnes rojas lo aportan está muy arraigada.

La segunda intención, el ejercicio, si es suave, aeróbico y sostenido (actividades que ronden una hora sin detenerse, que permitan hablar mientras se realizan) y regular (unas 4 veces semanales) suelen cambiar el modo en el que el Hígado sintetiza las lipoproteínas, aumentando la producción del HDL -bueno- en detrimento del LDL.

En mi opinión hay que lograr que el paciente vea al ejercicio como una pastilla más. Cuando llega la hora de tomar las medicaciones, la gente las toma sin dudarlo. Pues con el ejercicio lo mismo, cuando llega la hora, salir sin dudarlo, aporta muchas ventajas con cero efectos adversos.

Cuando el paciente adopta este cambio de vida hace más fácil y factible el tratamiento. Si no se alcanzan unos valores (según el riesgo que se estime, ya sea en prevención primaria, o secundaria) habrá que complementar con algún fármaco según los objetivos y comorbilidades.