Dos determinaciones de glucemia por encima de 126 mg/dl hacen el diagnóstico clásico. Actualmente un valor de Hb A1 C por encima de 6,5 % también se acepta.

Es el factor de riesgo más peligroso y silencioso. Lamentablemente las prospecciones a nivel mundial también nos advierten que será uno de los más prevalentes a medida que la población sea más sedentaria y obesa. Su presencia multiplica por las posibilidades de tener un infarto de miocardio y si se asocia a ser fumador las eleva en 9.

Clásicamente hay dos tipos el tipo 1 afecta a gente joven el principal problema radica en el páncreas incapaz de abastecer al cuerpo de insulina.

El tipo 2 afecta a paciente mayores, en este tipo la insulina "sobra" pero el problema está en los receptores de insulina que se hacen resistentes a la misma y por lo tanto se transforman en incapaces de abrir el canal por donde la glucosa ingresa al interior de las células.

La presencia de glucemia elevada oxida a las distintas lipoproteínas, haciéndolas más aterogénicas y favoreciendo la enfermedad arterial de vasos grandes y pequeños. Favorenciendo las manifestaciones clínicas de la enfermedad -alterciones visuales, infecciones en pies, problemas arteriales, coronarios, renales etc-.